Corteva Agriscience junto al Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) acaban de presentar el
libro “Luchadoras: mujeres rurales en el mundo”, un proyecto que quiere
homenajear a las mujeres rurales, quienes cumplen un papel fundamental en el
desarrollo productivo, y además aseguran la estabilidad y la supervivencia del
sector.
Por Marga López, periodista agroalimetaria.
En este contexto desde MujerAgro, hemos
entrevistado a María Torné, directiva
del área de investigación para EMEA de Corteva Agriscience. Una mujer que nos
inspira, comprometida con la importancia que tiene para la agricultura y para
la sociedad, lograr la igualdad real de la mujer a lo largo de toda la cadena
de valor.
Corteva Agriscience, tras su
separación definitiva el pasado mes de junio de DowDuPont,
es hoy una compañía líder en el sector agrícola
en tecnología aplicada a semillas, protección de cultivos y agricultura
digital. Con presencia en más de 140 países, Corteva Agriscience generó en 2018
unas ventas netas de 14.000 millones de dólares. La empresa cuenta con más
de 150 instalaciones de investigación y desarrollo y más de 65 principios
activos.
Cómo empresa líder en servicios para la
agricultura, ¿cuál es vuestro propósito, vuestro objetivo?
Corteva
Agriscience como empresa que acaba de nacer tras la fusión de
tres grandes entidades, ha definido muy bien cuál es su propósito, y este no es
otro que el de enriquecer la vida de aquellos que producen y de aquellos que
consumen, mirando siempre a las generaciones venideras. Y con este propósito tan
importante, nuestros objetivos pasan por aportar soluciones cada vez más
sostenibles y ayudar a través de tres ejes principales: la investigación de
nuevas variedades, de producto de protección vegetal más sostenibles y de la
digitalización de la agricultura.
¿Y cómo encaja dentro de este propósito
como empresa vuestra apuesta por la mujer rural y agroprofesional?
Somos
muy conscientes de que para lograr nuestro propósito, es necesaria la
diversidad y el equilibrio, porque no hay comunidad sana donde no brillemos
todos sus miembros, y para ello no puede haber desigualdad. Y es ahí donde
tenemos una gran oportunidad para crecer. Desde la FAO apuntan que si hubiera
igualdad de oportunidad para hombres y mujeres, seríamos capaces de producir
hasta un 20% más de alimentos. Y ante el reto que tenemos de alimentar a una
población cada vez más creciente, no podemos desaprovechar esa oportunidad.
Pero
cuando hablamos de romper la desigualdad, no solo es económica, sino también
formativa, de acceso a las plataformas digitales, a la información… Es decir,
desde Corteva Agriscience luchamos para que haya un cambio de mentalidad en el
que nos veamos todos iguales, porque todos podemos aprender de todos, aportando
cosas distintas.
En
nuestra compañía somos muy sensibles a todas estas cuestiones, muy receptivos,
pues lo consideramos clave para poder cumplir con nuestro propósito como
empresa. Tenemos
que dar ejemplo y romper las barreras de la desigualdad, y hacerlo ya, no
esperar a generaciones futuras. En este sentido, estamos implicando en
proyectos como el libro que acabamos de presentar junto con el Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) “Luchadoras: mujeres
rurales en el mundo”, o el Programa TalentA,
puesto en marcha por Fademur y Corteva Agriscience con el fin de empoderar a la mujer rural a través del apoyo a sus
proyectos empresariales. Son proyectos donde todos nos enriquecemos, como se
dice en inglés win win.
“Cuando hablamos de romper la desigualdad, no solo es económica, sino también formativa, de acceso a las plataformas digitales, a la información”.
Como mujer con una larga trayectoria
dentro del sector agroalimentario, ¿Cuál ha sido tu experiencia como mujer
agroprofesional?
A
mí me tocó ser pionera, y tengo que reconocer que los principios nunca son
fáciles, porque estamos hablando de hace ¡33 años!. Mi carrera profesional
empezó como asesora de agricultores en una Agrupación de Defensa Vegeta en
Lérida. Eran agricultores mayores que me miraban como un bicho raro. A esta
agrupación le habían concedido una subvención para la contratación de un
técnico, y al no encontrar a ningún hombre, ¡se tuvieron que conformar conmigo!
Sin embargo y después de un tiempo trabajando juntos, reconocieron que sus
prejuicios iniciales eran infundados, de hecho, tras mi marcha a Corteva,
decidieron que solo contratarían a mujeres para ese puesto.
Con
esto quiero decir que los principios son difíciles. Seguramente tenemos que
demostrar más, pero tenemos una capacidad de trabajo, esfuerzo y empatía a la
hora de formar equipos que son claves hoy en día para cualquier empresa. Por
ello Corteva Agriscience apuestan por las mujeres, porque son conscientes de
que los mejores resultados se logran trabajando en equipo, y es precisamente la
mujer, además de su formación, la que mejor cohesión, equilibrio y armonía
aporta al equipo.
Las
mujeres somos de otra manera, ni mejores ni peores, y en cualquier empresa hay
encontrar el equilibrio entre la fuerza y lo sutil, y eso es lo maravilloso.